jueves, 13 de marzo de 2008

ME ALEGRÓ LA TARDE

Ayer fue día de evaluaciones. Sí, se trata de uno de esos días en los que lo único que se sabe a ciencia cierta es a la hora que se entra, pero evidentemente, no a la que se sale.

Normalmente, por lo menos a mí me pasa siempre, suele ser el día que tienes toda la mañana ocupada de clases. Sólo tienes un recreo para engullir de forma más que acelerada, y poco recomendable un pequeño bocadillo, porque, claro, has de hacer unas fotocopias, tomar aquella cita, etc. (si bien es verdad podía haber hecho las fotocopias el día antes, y lo de la cita también, pero bueno..., a veces pasa que...). En definitiva, un lío.


Seguimos la mañana. Una vez se acaban las clases nos vamos a comer, uh, uh, !qué bien¡, a comer un menú, y vaya puñalada me dieron en el corazón, no digo más. Terminamos la comida, y la verdad que alguna que otra risotada te alivia el rato.


Pero ahora llega ese momento tan esperado en la jornada de evaluaciones. Los tres cuartos de hora que tienes que esperar a que llegue tu evaluación (porque, claro, siempre tienes un hueco, normal). Dios!! Estás sentado en la sala de profesores, y el efecto somnífero de la digestión hace su aparición, el solecito entra por la ventana, te da justo en la espalda... y el cuello... y poco a poco...


¡Bueno!,... no hemos sido vencidos, damos un salto, mirando a un lado y a otro, aparentado actividad y predisposición. Este es el momento en el que uno dice "Voy a echarle un vistazo a la prensa ahora que tengo ratito". Nos acercamos a la mesa de la sala de profesores donde tenemos un amplio abanico de posibilidades informativas, vamos viendo por aquí, por allá... Bien, lo único que nos queda es el ABC, El Mundo, La Razón, y... jarr!!! cómo no, Las Provincias, todo un clásico donde los haya.

Dada la magnitud de posibilidades, puntos de vista informativos y criterios (todos ellos independientes, of course) me decanto, sin desmerecer al resto de prensa que tenía a mi alcance, por El Mundo.


Comienzo a hojear y ojear sus páginas, siempre por el final, claro, y de pronto salta a mi vista un artículo sobre la democracia, pero no sobre los votos emitidos, escrutados, contados, perdidos o ganados, no. Se trata de un pequeño artículo sobre la historia de la democracia ateniense, sí, increible pero cierto. Se ve que alguien ha caido en la cuenta y ha conectado las Elecciones Generales con la democracia que se dió hace unos 25 siglos.


Pues, la verdad, puede parecer una tontería pero a mí me alegró la tarde. Justamente hablando estos días a las alumnas/os (que luego se enfadan conmigo) de qué son las leyes draconianas, de Solón, Clístenes, los valores democráticos, etc. y mira por dónde aparece en prensa. Esto me hace pensar, no sé si inocentemente, que todavía hay quien se acuerda de la importancia de Grecia y Roma.


La verdad que es importante, que aunque sea en un pequeño artículo, nuestra sociedad no olvide de donde vienen nuestras raíces y valores culturales. A mí, sinceramente, este detalle, repito, me alegró la tarde, que queréis que os diga.


Un saludo, y a quien le quede evaluaciones, que... lea la prensa.



Ah! os dejo aquí el artículo (EL MUNDO, 12-03-2008), que por cierto, está bastante bien.


domingo, 9 de marzo de 2008

LA ATENAS DEL S.VII Y SOLÓN

Una vez que hemos visto el origen de la sociedad espartana en el s. VII, pasamos a estudiar la sociedad de Atenas, la otra gran polis griega, que junto con Esparta protagonizarán los principales hechos históricos.

Bien, ya sabemos que la sociedad ateniense en el s. VII era básicamente una sociedad basada en la agricultura, y donde el comercio y los oficios estaban escasamente desarrollados.

Era una sociedad dominada por la aristocracia (eupátridas), la cual concentraba la mayor y “mejor” parte de las tierras. Entre estos, y la esclavitud, se situaban dos grupos, los geomoros y los demiurgos.

Los cargos políticos están ocupados por eupátridas, los cuales someten al resto de la población a través de un sistema en el que existía el Derecho de endeudamiento, por el cual el deudor se responsabilizaba ante su acreedor no sólo con la totalidad de sus haberes, sino con la libertad personal y con la de los miembros de su familia.

Este sistema gentilicio será defendido por la aristocracia, pero a partir del s. VII y VI el sistema se irá resquebrajando debido a la inestabilidad social que el propio sistema provoca. Se van agrupando, debido a sus intereses, por un lado, los pobres, trabajadores rurales dependientes, artesanos, dueños de talleres, mercaderes, etc. Por otro lado, conforme crece la actividad económica en el demos, aparecen hombres pudientes de procedencia no aristócrata, y además, dentro de la misma aristocracia hay diferenciaciones, entre los que se enriquecen con la actividad comercial, y los que se estancan apegados a sus tierras.

Todo esto provocará una inestabilidad social que demanda el fin del Derecho de endeudamiento, un nuevo reparto de tierras, etc. Pero para ello es necesario arrebatarles el poder político a los eupátridas.

La tensión social entre el demos y los eupátridas es muy fuerte, como nos presenta Aristóteles:

“Siendo tal la estructura de la constitución, y como la mayoría era esclava de una minoría, el pueblo se levantó en armas contra los nobles” (V,1).

Se produce el primer intento de redacción de las leyes. Esto fue llevado a cabo por Dracón, del cual poco conocemos y que redactó las costumbres legislativas para detener la arbitrariedad de los jueces aristócratas, que interpretaban el derecho consuetudinario según sus propios intereses. Las leyes de Dracón eran célebres por su severidad y rigor, e inclusive por su crueldad (dicen que estaban escritas con sangre), pues cualquier hurto, por insignificante que fuera, correspondía la pena capital.

Tras Dracón aparece la figura de Solón como nos dice Aristóteles:

“Como la sublevación era violenta y los enfrentamientos mutuos durasen mucho tiempo, eligieron de común acuerdo a Solón como árbitro y arconte, y le encomendaron la constitución a él (…)” (V, 2)

Solón, nacido hacia el 640, fue político, legislador y poeta. Fue elegido arconte en el 594. Llevó a cabo una serie de reformas político-sociales que significarían la base del futuro sistema democrático. Posiblemente no contentó ni a las clases aristocráticas, pues les restó poder político con sus reformas, ni a las clases menos pudientes, pues seguramente esperaban un cambio radicalmente “más fuerte”. No obstante, el conjunto de sus reformas sirvieron para atajar el poder ilimitado de los oligarcas, abolir la esclavitud y calmar la fuerte crisis social, pero sobre todo, establecer una compacta base para la futura democracia ateniense.

Dentro de su poesía debemos destacar su poema Eunomía 3 (3 D):
“No va a perecer jamás nuestra ciudad por designio de Zeus ni a instancias de los dioses felices. Tan magnífica es Palas Atenea nuestra protectora, hija del más fuerte, que extiende sus manos sobre ella. Pero sus propios ciudadanos, con actos de locura, quieren destruir esta gran ciudad por buscar sus provechos, y la injusta codicia de los jefes del pueblo, a los que aguardan numerosos dolores que sufrir por sus grandes abusos. Porque no saben dominar el hartazgo ni orden poner a sus actuales triunfos en una fiesta de paz…Se hacen ricos cediendo a manejos injustos… Ni de los tesoros sagrados ni de los bienes públicos se abstienen en sus hurtos, cada uno por un lado al pillaje, ni siquiera respetan los augustos cimientos de Dike, quien, silenciosa, conoce lo presente y el pasado, y al cabo del tiempo en cualquier forma viene a vengarse. Entonces alcanza a toda la ciudad esa herida inevitable, y pronto la arrastra a una pésima esclavitud, que despierta la lucha civil y la guerra dormida, lo que arruina de muchos la amable juventud. Porque no tarda en agostarse una espléndida ciudad formada de enemigos, en bandas que sólo los malos aprecian. Mientras esos males van rodando en el pueblo, hay muchos de los pobres que emigran a tierra extranjera, vendidos y encadenados con crueles argollas y lazos(…) Mi corazón me impulsa a enseñarles a los atenienses esto: que muchísimas desdichas procura a la ciudad el mal gobierno, y que el bueno lo deja todo en buen orden y equilibrio, y a menudo apresa a los injustos con cepos y grillos; alisa asperezas, detiene el exceso, y borra el abuso, y agosta los brotes de un progresivo desastre, endereza sentencias torcidas, suaviza los actos soberbios, y hace que cesen los ánimos de discordia civil, y calma la ira de la funesta disputa, y con Buen Gobierno todos los asuntos humanos son rectos y ecuánimes.”

Una vez leído el artículo responde a las siguientes cuestiones (recuerda que te puedes ayudar con el libro de clase (p. 52-56) e Internet.

- Estos hechos históricos ¿en qué siglos los situamos?

- ¿Qué son los eupátridas, georgos y demiurgos?

- Busca información sobre la figura de Dracón.

- ¿Cuáles son las medidas políticas y sociales que establece Solón?

- Haz un resumen del poema de Solón.

- ¿Qué valores caracterizan la actitud política de Solón?

- En la temática del poema observamos bastantes elementos que podría conectar con la actualidad, ofrece tu punto de vista.


Textos de Aristóteles: Aristóteles, La constitución de los atenienses, Trad. M. García Valdés, Ed. Gredos, 1984.
Texto de Solón: Trad. García Gual, C., Antología de la poesía lírica griega, Madrid, 1989
Lo corregimos el miércoles 12, un saludo chicos.

lunes, 3 de marzo de 2008

ESPARTA, TIRTEO Y LOS MESENIOS

Hola chicos aquí os dejo la nueva actividad. Antes de realizarla tendréis que leer antes el siguiente texto sobre Esparta en el siglo VII a. C.






En la segunda mitad del s. VIII, Esparta emprendió la conquista de Mesenia, región situada al oeste de Laconia en el sur del Peloponeso. Será en estas guerras donde se vaya fraguando la fama de su disciplina militar que los hizo célebres.

La tradición nos habla de dos guerras milesias. Una primera, a finales del s. VIII, y otra segunda, a mediados del s. VII.

Sabemos que al finalizar la primera guerra, los mesenios que quedaron fueron sometidos por Esparta con la condición de pagar un tributo consistente en la mitad década cosecha anual. Con esto quedaron los mesenios en una condición muy similar a la de los ilotas.

Pronto se inició la segunda guerra con los mesenios, ya que se produjo una nueva sublevación. Durante los primeros años de la guerra, los espartanos sufrieron una derrota tras otra. Tirteo participó en esta guerra, y habla de la extrema tensión por parte de Esparta. Los mesenios se sostuvieron heroicamente, pero sus aliados los traicionaron, y los espartanos comenzaron a superarlos. En una batalla decisiva, junto al “gran foso” (canal abierto en la llanura de Mesenia), al décimo año de la guerra, los mesenios fueron derrotados. Muchos huyeron libremente a Arcadia y otras regiones de la Hélade, los demás fueron convertidos en ilotas y distribuidos entre los espartanos.

Será en estos enfrentamientos donde comience la decadencia del espíritu del enfrentamiento del héroe. A partir de entonces, la gloria del héroe individual se va diluyendo en favor de la lucha del ejército de hoplitas. La lucha por la gloria individual del caudillo da paso a la defensa de la patria colectiva, donde todo un ejército ha de hacer frente al enemigo. El hoplita, es decir, el componente anónimo de la falange, que en estos tiempos comienza a forjarse, ha de afrontar su muerte en el campo de batalla como una marca de heroísmo, y será la ciudad quien recuerde su coraje y valentía.

Dentro de este contexto aparece la figura de Tirteo, quien pregona de forma enfática los ideales bélicos que representan a una ciudad, un pueblo. Él anima a su ejército para la consecución de la gloria máxima en el combate. La diferencia, por ejemplo, con el “viejo Aquiles”, es que la gloria y el honor no se recordará de forma individual sino que será el pueblo, su hogar, quien mantenga vivo ese espíritu valeroso. La gloria del hoplita se basará en el recuerdo del deber cumplido. La verdadera areté o cualidad excelente, es el valor guerrero.

Leemos aquí un fragmento de poema 3 (6, 7 D):
Pues es hermoso morir si uno cae en la vanguardia cual guerrero valiente que por su patria pelea. Que lo más amargo de todo es andar de mendigo, abandonando la propia ciudad y sus fértiles campos, y marchar al exilio con padre y madre ya ancianos, seguido de los hijos y de la legítima esposa. Porque ése será un extraño ante quienes acuda cediendo a las urgencias de la odiosa pobreza. Afrenta a su linaje y baldona su noble figura y toda clase de infamia y ruindad le persigue. Si un vagabundo así ya no obtiene momento de dicha ninguno, ni vergüenza ni estima ninguna, entonces con coraje luchemos por la patria y los hijos, y muramos in escatimarles ahora nuestras vidas. ¡Ah jóvenes, pelead con firmeza y codo a codo; no iniciéis una huida afrentosa ni cedáis al espanto; aumentad en vuestro pecho el coraje guerrero, y no sintáis temor de hacer frente al enemigo! (…)

6 (18 D)
¡Adelante hijos de los ciudadanos de Esparta, la ciudad de los bravos guerreros! Con la izquierda embraza vuestro escudo y la lanza con audacia blandid, sin preocuparos de salvar vuestra vida; que ésa no es costumbre de Esparta.

Trad. García Gual, C., Antología de la poesía lírica griega, Madrid, 1989.


Responde las siguientes cuestiones:
1.-Según lo leído anteriormente, ¿qué dos pueblos se enfrentan en dos guerras? ¿en qué siglos?

2.-Se dice que tras la finalización de las distintas guerras mesenias, los mesenios que permanecieron en sus tierras fueron sometidos a ilotas. ¿Qué quiere decir eso? ¿Cómo se dividía la sociedad espartana?

3.-Aquí leemos algunos versos de Tirteo. Busca información sobre este poeta.

4.-Haz un resumen de los dos poemas anteriores.

5.-Aquí leemos algunos versos de Tirteo. Busca información sobre este poeta.

6.-Tras leer el fragmento del poema 3 (6, 7 D), ¿qué valores crees tú que aparecen en él?

7.- Leyendo el poema 6 (18 D) busca información sobre lo que es un hoplita y una falange.


NOTA: Lo corregiremos en clase el viernes día 7 de Marzo.